¿PARA QUÉ NECESITAS MÁS PODER?
PARA DOMINAR A OTROS O DESTRUIRLOS.
TODO EL PODER SE ACUMULA EN MANOS DE PERSONAS INCONSCIENTES.
ASÍ QUE, POR UN LADO, LOS POLÍTICOS
EN TODAS LAS CIVILIZACIONES
DESARROLLADAS Y DESAPARECIDAS
—SERÍA MÁS APROPIADO DECIR SUICIDAS—
TUVIERON
TODO EL PODER.
POR OTRO LADO, EL GENIO DE LA INTELIGENCIA HUMANA
ESTUVO
BUSCANDO MÁS Y MÁS TECNOLOGÍA,
MEJORAS CIENTÍFICAS, Y TODOS DESCUBRIERON QUE
FINALMENTE
CAYERON EN MANOS DE POLÍTICOS.
LA DESTRUCCIÓN DE NUESTRA TIERRA NO VENDRÁ DE OTRO PLANETA;
NOSOTROS ESTAMOS CAVANDO NUESTRAS TUMBAS.
PODEMOS ESTAR CONSCIENTES DE ELLO O NO,
PERO TODOS SOMOS
SEPULTUREROS Y CAVAMOS NUESTRAS PROPIAS TUMBAS.
EN ESTE MOMENTO UNOS POCOS PAÍSES TIENEN ARMAS NUCLEARES.
PRONTO MUCHAS NACIONES MÁS SERÁN POTENCIAS NUCLEARES.
SE ESTÁ PERDIENDO EL CONTROL, CON TANTAS NACIONES EN POSESIÓN DE
TAL PODER DE DESTRUCCIÓN:
UNA SOLA DE ELLAS PODRÍA DESTRUIR EL PLANETA ENTERO.
UN LOCO O UN POLÍTICO, CUYOS NOMBRES PUEDES COMENZAR A ORDENAR
ALFABÉTICAMENTE,
PUEDEN DESTRUIR TODA LA CIVILIZACIÓN SÓLO PARA MOSTRAR SU
PODER.
Y LA DESTRUCCIÓN NO SÓLO AFECTARÁ A LA HUMANIDAD.
CON ELLA MORIRÁ TODO LO QUE LA ACOMPAÑA:
ANIMALES, ÁRBOLES,
FLORES, AVES.
TODO LO QUE ESTÁ VIVO PODRÍA DESAPARECER.
LA RAZÓN ES UN DESEQUILIBRIO EN NUESTRA EVOLUCIÓN.
DESARROLLAMOS TECNOLOGÍA CIENTÍFICA SIN PREOCUPARNOS EN LO MÁS
MÍNIMO
DE QUE NUESTRO ESTADO CONSCIENTE EVOLUCIONARA CON LA MISMA PROPORCIÓN.
DE HECHO, NUESTRO ESTADO CONSCIENTE DEBERÍA IR UN POCO ADELANTE
DE NUESTRO PROGRESO TECNOLÓGICO.
SI NUESTRO ESTADO CONSCIENTE ESTUVIERA EN ESTADO DE ILUMINACIÓN...
EL PODER NUCLEAR EN LAS MANOS DE UN GAUTAMA BUDA NO SERÍA
PELIGROSO.
SE ORIENTARÍA COMO UNA FUERZA CREATIVA,
PORQUE LA FUERZA SIEMPRE
ES NEUTRAL;
CON ELLA PUEDES DESTRUIR O CREAR ALGO.
PERO EN ESTE MOMENTO NUESTROS PODERES SON ENORMES Y LA HUMANIDAD
MUY PEQUEÑA.
ES COMO SI HUBIÉRAMOS PUESTO BOMBAS EN MANOS DE UN NIÑO PARA QUE JUGARA CON ELLAS.
LOS SERES HUMANOS HEMOS ANDADO EN MEDIO DE ESTA CONFUSIÓN DESDE
EL PRINCIPIO.
ES EL DESEQUILIBRIO ENTRE LO INTERIOR Y LO EXTERIOR.
OSHO