El crecimiento espiritual no es en realidad un crecimiento como el de la semilla.
La semilla debe crecer
para transformarse en árbol.
Entre la semilla y el
árbol,
hay una brecha.
hay una brecha.
Esta brecha debe ser
recorrida;
hay una distancia.
hay una distancia.
Tú no creces como una
semilla;
tú ya eres el crecimiento.
tú ya eres el crecimiento.
Es sólo una
revelación.
No hay distancia entre
tú como eres y tú como serás.
¡No hay distancia!
Lo ideal, lo perfecto,
ya está allí.
Entonces, no es
verdaderamente una cuestión de crecimiento.
Es una cuestión de
correr el velo;
es un descubrimiento.
es un descubrimiento.
Algo está escondido;
corres la pantalla y allí está.
corres la pantalla y allí está.
Es como si estuvieras
sentado con los ojos cerrados:
el sol está allí sobre el horizonte, pero tú estás a oscuras.
el sol está allí sobre el horizonte, pero tú estás a oscuras.
De pronto, abres los
ojos y es de día, hay luz.
El crecimiento
espiritual no es verdaderamente un crecimiento.
La palabra es
incorrecta.
El crecimiento
espiritual es una revelación.
Algo que estaba
escondido se descubre.
Algo que ya estaba
allí, y te das cuenta de que allí está.
Algo que nunca habías
perdido, sino simplemente olvidado, de pronto lo recuerdas.
Por eso los místicos
siempre usan el término "reminiscencias".
Dicen que lo divino no
es un logro, sino sólo una reminiscencia.
Algo que habías
olvidado, y recuerdas.
OSHO