Satori
es
samadhi, el primer samadhi, la entrada a samadhi, a otro mundo, totalmente
desconocido para ti, totalmente inimaginable para ti, ni siquiera soñado por
ti.
Ese mundo existe justo al lado de este
mundo.
De hecho no tienes que dar ni un paso:
justo al lado de este mundo, justo en él, existe.
Solo tienes que cambiar tu punto de vista,
se revela otro mundo.
El mundo es tu punto de vista, nada más.
Si este mundo es solo una angustia, un
infierno, es porque tu punto de vista es erróneo.
De hecho, el mundo no es el infierno: eres
tú quien crea un infierno a su alrededor; es tu proyección.
El mundo es neutral, es como una pantalla
de cine: limpia, blanca, vacía, pura.
Y luego depende de lo que proyectes en
ella.
Puedes proyectar el infierno, puedes
proyectar el paraíso; o puedes abandonar todas las proyecciones.
Eso es moksha.
La liberación suprema es no proyectar nada.
Si no haces ningún esfuerzo, nunca lo
conseguirás, aunque también puedes fallar por hacer demasiado esfuerzo.
Algunas veces puedes pasarte; y este es un
asunto muy, muy delicado: cómo equilibrarse justo en el medio.
Es fácil no hacer nada, también es fácil
hacer demasiado.
Lo difícil es estar justo en el medio, en
la proporción correcta.
Para el ego los extremos son fáciles.
No hacer nada es muy fácil; por otra parte,
hacer demasiado también es fácil.
Los extremos siempre son erróneos.
Lo correcto es permanecer siempre en el
medio.
Cuando te pasas en algo, se crea ansiedad;
cuando te pasas en algo, se crea un alboroto interior.
Estás desequilibrado, no puedes estar en
paz, y satori ocurre solo cuando
estás en casa.
De hecho, satori solo ocurre cuando estás realmente relajado.
Solo tienes que hacer lo justo para ayudar
a la relajación, no te pases.
Y además cada uno tiene que sentir su
propia forma, porque no hay fórmulas fijas...
Cada persona tiene que encontrar su propio
equilibrio y, poco a poco, uno se da cuenta de lo que es el equilibrio.
El equilibrio es un estado mental en el que
estás en silencio, sin esfuerzo alguno, ni por un lado ni por el otro.
Cuando estás aletargado y no haces mucho,
tu energía se convierte en un torbellino, porque si se acumula demasiada energía
dentro creará intranquilidad.
Por otra parte, si te vuelves demasiado
activo, si haces demasiado, si haces algo tanto que agota tu energía, y tú te
sientes agotado, cansado, entonces te sentirás intranquilo, porque necesitas
tener cierto nivel de energía interior.
Si acumulas demasiada energía, se creará
intranquilidad, y, si gastas demasiada energía, te sentirás intranquilo.
Sin el ego estás en equilibrio.
De repente, todo encaja y tú estás
equilibrado.
Sin el ego no hay extremo, no puede
existir; el extremo es un esfuerzo del ego.
De repente el ego no está ahí y tú estás en
el medio.
OSHO